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Crucifixión I

Las barbas de Barrabas húmedas por la saliva de un hereje

Caen a gotas por la sombra mezquina del deseo

Y tú presumes de tener a veinte mil hombres entre tus piernas:

Ahogados, dispuestos a sucumbir contra cualquiera

Heridos, esperanzados en que les muestres el corazón para beber de él

Ausentes, uno a uno se mata para santificar al espíritu

 

Pero ahora el turno se pierde y hay que tirar de nuevo los dados

No es fácil adivinar tus crueles intenciones

Desde hace tiempo que el sol se oculta cuando te ve                   y

Los veinte mil hombres que tienes entre tus piernas

No saben siquiera de que existen                                          sin embargo

Yo salgo triunfante de tu boca para acercarme a Magdalena

Hacerle el amor y concebir tantos hijos como religiones en el mundo

 

No tengas celos de lo que he hecho

Ayer supe que Jesús no es más que otro ser enamorado de ti

¡Siéntete halagada! Pocas mujeres tienen la suerte que te persigue

Y la luna camina triste hasta que vuelva la infancia y la ignorancia

Y Barrabas me busca por teléfono y yo le contesto con un i-meil

 

Saldemos las cuentas pendientes para alargar la amistad

Sería injusto que tú no tuvieras uno más entre tus piernas

Enséñame a tener veinte mil mujeres entre mis piernas:

Ahogadas, pidiendo a grito abierto una oportunidad

Heridas, recogiendo las cenizas para formar el corazón

Ausentes, viendo el reloj para saber a qué hora te vas

 

 

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