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El carrito hot wheels, el camión tonka y la muñeca de trapo...

La infancia se sirve una copa de tinto

mientras yo sigo jugando

con los carritos hot wheels que nunca tuve

trepando en los camiones tonka

que por un tiempo me ilusionaron

para ser ese ingeniero o ese obrero que tuviera

el poder de aplastar lo que fuera

 

Sigo preguntándome:

¿En qué momento desapareció lo que realmente me hacía feliz?

 

Uno siempre requiere de su infancia

y recordarle al primo que el dueño de los juguetes era yo

Ahora resulta que mi primo es la vejez

convertido en la mitad de la juventud                  su juventud

y sigo pensando en la felicidad y lo caro que cuesta:

hoy en día el carrito hot wheels vale tantos días

de trabajo más el proporcional de la quincena menos una vida

y si no tienes ese carrito hot wheels

no eres nadie                   sólo un fracasado más

 

La infancia sigue tomando vino tinto

mientras yo me ilusiono con salir a correr

junto a los vecinos que crecieron y ya tienen hijos

(yo aún no tengo hijos)

¿Será que soy demasiado egoísta

para compartirles, a mis hijos, la infancia

o los estoy previniendo para que no sufran?

 

La muñeca de trapo de mi prima

me la topé tirada en una de las calles que eran prohibidas

que es donde vive actualmente la madurez

que se comió a la mayoría de mis allegados

 

Mi mamá me pide que madure

que ya es tiempo de dejar atrás las tonterías

y es tiempo de trabajar, conseguir una casa, un carro

una esposa (que lave y planche, pero que sepa cocinar)

hijos, que tal vez yo no quiera lastimarlos

 

La infancia está borracha de vino tinto

con el hocico morado y tirando algunas lágrimas

Me pide que la cargue entre mis brazos

Le beso la frente y la recuesto en su cama

Salgo de la habitación rumbo a la cocina

es hora de tomarme unos tragos de tinto

y ponerme a llorar para ver si así regresan

el carrito hot wheels, el camión tonka y la muñeca de trapo

que un día hizo sonreír a mi prima…

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