Eternamente tu luz brilla en mí
a Jacobo y Mariana
Te haces ajena cada vez que entro en ti
Bendigo tu vientre y digo:
La luz del sol quema los ojos de mi destierro
Pero tú
Sola entre las verdades de un sí o un no
Elocuente indulgencia de mis sentimientos
Sabiduría amorosa de los grandes dioses
No confíes en nadie más
Los humanos son tan prosaicos
para deletrear tu corazón
¡Yo tengo la culpa! ¡Yo la tengo!
Cabes en un pedazo de imaginación
A partir de ya
Ahora justo aquí que apagas la luz
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